martes, julio 15

Pensando por adelantado.

Desde que somos niños, que a la gran mayoría de nosotros se nos hace realmente difícil levantarnos cada mañana, y mientras más temprano suene el despertador, más difícil es. Razón por la cual, hacemos hasta lo imposible con tal de dormir la mayor cantidad de minutos extra que podamos lo que normalmente se traduce en saltarnos el desayuno, porque si hay algo que no nos podemos saltar es: lo que nos pondremos, especialmente si estamos trabajando. 

Desde hace años mantengo una práctica, por la cual me hacen bullying constante (declarándome loca, obsesiva y maniática), pero que es realmente útil para dejarnos dormir unos minutitos más cada mañana y lograr salir guapa y arreglada a la oficina. La cosa es simple: tener ya preparadas (pensadas) unas dos o tres tenidas para los días siguientes. Se que suena como una locura y que los que me molestan tienen razón, pero es de lo más agradable no tener que pensar en qué ponerte a las 7am, y si dejas la ropa lista sobre una silla, tal como insistían nuestras madres que lo hiciéramos para el colegio, tanto mejor y fácil (sí, ahora a los 26 años puedo admitir que tenían razón, una vez más). 

La gracia de todo esto, además de alivianarnos las mañanas, es que el pensar por adelantado nos permite tener una mejor idea de lo que tenemos en el closeth, y así poder aprovechar mejor nuestra ropa e ir descubriendo lo que nos ponemos con mayor habitualidad, lo que nos gusta y lo que definitivamente no usamos nunca, y sólo esta ocupando espacio en nuestro armario. 

Dedicado a Sofía.