jueves, julio 10

Mirando, mirando.

La moda y por tanto el aprender a vestirnos cada día, tiene todo que ver con la armonía y las proporciones. Lo bueno, es que el aprender esto no requiere estar sentada todo el día en una biblioteca (no me mal entiendan, no tengo nada contra los libros, pero como buena ex estudiante de derecho le tengo cierto respeto/fobia a las bibliotecas), por lo que la manera que yo encontré de estudiarla fue -además de leer libros relacionados con la materia-caminar y mirar y revisar y entrar a todas las tiendas que puedas, ya sean de muebles, telas, comida, accesorios y todo lo que se te ocurra; ir a parques, ver obras de teatro, comer en  restaurants, ir al cine, etc...


Es por esta razón que cada vez que puedo, y generalmente acompañada de papá (sí, fue él quien incentivo todo este amor/obsesión por la estética que en mi se expresó a través de la ropa) doy distintos paseos, por distintos lugares de Santiago para simplemente mirar, o como dice Sherlock Holmes, observar, todo lo que puedas, total los ojos no se van a gastar y sale gratis. 


Mientras más miras, aunque no te des cuenta, más uno va aprendiendo, desde nuevas propuestas, nuevas combinaciones, ideas, todo, y después cuando llega el momento de ponerlas en práctica, a veces ni siquiera es necesario pensarlo mucho, porque te sale del alma, ya lo tienes demasiado interiorisado, ya lo has visto (según tu cabeza) muchas veces. La inspiración y las nuevas propuestas e ideas esta en todas partes, literalmente, sólo hay que aprender y darse el tiempo para buscarlas.