En la moda, como en el amor, hay un punto donde la razón y los argumentos simplemente pasan a un segundo plano, punto que suele coincidir con el momento en el cual tienes que tomar una decisión -¿le digo que si? ¿el abrigo rojo o el negro?- y por lo menos en mi opinión las buenas decisiones son aquellas argumentadas con atención a lo que dicte la lógica, pero que al final siempre se toman con un conocimiento que románticamente podríamos llamar corazón.
Entonces cada vez que te miras al espejo, con alguna nueva propuesta, entiéndase una nueva combinación de colores o texturas, de esas que las personas con las que vives te dicen que es una mala idea, pero que por alguna extraña razón sigues mirándote al espejo, porque algo esta funcionando, aunque no sabes exactamente que es.
Esta idea, creo, se resume en una simple frase que me dijo mi mamá hace ya mucho tiempo "Cuando haces un balance de todo lo bueno y todo lo malo, nada importa mientras sume positivo", que es basicamente lo que pasa cuando racionalmente los colores no combinan, pero el conjunto de ellos funciona, quizás no siempre de manera perfecta, pero si lo suficientemente bien como para convertirse en una muy buena idea, incluso un poco vanguardista.
Así fue como encontré esta imagen, de la famosa fashonista Olivia Palermo. Si le pones atención a cada una de las prendas y accesorios por separado, seguro llegamos a la conclusión de que la cosa no funciona: Vestido de encajes rosados, Zapatos negros con brillantes, lentes color café con un diseño estampado, cinturón color crema y las uñas pintadas de color rojo, no se a ustedes pero a mi esto en la teoría me suena a la peor combinación posible, pero cuando vemos la fotografía, ella ya no se ve tan mal, de hecho se ve bien. Es posible que no sea nuestras tenida favorita o algo que ocupemos, pero mal no se ve.
Y claro también esta el hecho de quien es como factor a consideración en la ecuación, pero eso es para una próxima vez.
A veces no es malo tomar riesgos, y si decides bien, es posible que no te equivoques.
