Como ya saben estoy en el sur de Chile, los lugareños dicen que este ha sido uno de los peores veranos, hay pueblos en los que no ha parado de llover desde diciembre, y están rogando por unos días de sol antes de que empieze de nuevo el invierno.
Con tanta lluvia y recorridos mis ya viejos bototos rojos han sido lo mejor. Me los compré hace casi 10 años -ni siquiera recuerdo la tienda- para subir a la nieve con mis amigos.
Para ser honesta casi nunca los ocupo en Santiago, porque son un poco toscos para la ciudad, esta es la razón por la cual han durado tanto tiempo y en tan buen estado. Son calentitos, cómodos, impermeables -ideales para caminantas bajo la lluvia y por terrenos complicados a ratos (comola caminata que hay que hacer para ver el ventisquero colgante)-, pero lo mejor de todo es que son rojos!
¿Qué mejor que unos zapatos negros, verdes o rojos? El negro es el color clásico, los rojos son un muy buen toque de color, y bueno el verde no se, pero siempre he tenido una paritucular inclinación por los zapatos de este color.
