miércoles, marzo 26

La diferencia entre lo formal y lo elegante.

Vestirse adecuadamente para una ocasión, implica saber exactamente cuál y cómo será el evento en cuestión, dígase: tarde de piscina, casual friday, entrevista de trabajo en una gran empresa, misa los domingos, fiesta con los amigos, etc.... y atinarle a que ponerse para ese determinado momento va a determinar, entre otras cosas, lo a gusto o no que nos sintamos. Imaginen, por ejemplo, lo incómodo que puede ser ir a una tarde de piscina como si estuvieras vestida para una noche de fiesta con tus amigas (si, estoy pensando en un chica con vestido mini, tacos y muy maquillada v/s sus amigas con sandalias, pareos y bikinis). 

Ahora bien, la elegancia por su parte, es algo que se puede tener siempre, de hecho es el ideal, pues si, es posible, aunque a veces nos cueste imaginarlo, andar de lo más elegante vestida con unos típicos blue jeans y una simple camisa blanca. Se puede, de hecho lo que les acabo de nombrar es un clásico por lo mismo (si es que ocupas el jeans y la camisa correcta claro esta), pues la elegancia no dice relación sólo con la ocasión, sino también con una serie de elementos más, tanto o más importantes. Eso si, no nos engañemos, para tener elegancia es imprescindible estar vestido de acuerdo a la ocasión. 

Pues bien, uno de los grandes problemas que tenemos al vestirnos cada día, es que en algún momento, el lenguaje y su uso erróneo cotidiano, nos empezó a pasar la cuenta, y comenzamos a homologar el significado de las palabras formalidad y elegancia. 

La formalidad dice relación con el tipo de ocasión siemplemente, uno va formal a la oficina, no a una comida con los amigos. Entiéndase formal, algo así como vestidos y trajes de dos piezas para las mujeres, chaqueta y corbata para los hombres (si, lo se, la tenida de los hombres varia menos, aun no decido si son más o menos afortunados por eso). Lo cual ocupas en un estudio de abogados, o como se vestían esos caballeros de las fotografías antiguas -como tu abuelo o bisabuelo- los domingos.

La elegancia en tanto, como les decía antes, va de la mano, con el vestirse de acuerdo con la ocasión, pero también, con que las prendas queden bien (de la talla y con la caída correcta), con que exista un estilo personal en el cual se entiendan contempladas, y yo diría principalmente, por la manera en como la persona que lleva puesta una determinada tenida, se comporta corporalmente. Sí, creo que en gran parte la elegancia es una cosa de actitud, algunos nacen con ella como un talento y otros la trabajan y aprenden a tenerla. 
 

La elegancia entonces, es mucho más difícil de lograr que la formalidad. 
Dicho eso, por lo menos tenemos que vestirnos formal cuando la ocasión lo amerita.