martes, junio 14

Mi historia con los tacos.

Es una historia que empezó hace ya varios años, cuando tenía alrededor de 15 años.

El cuento es más o menos así: en esa época de plena adolescencia, además de todas las inseguridades y dudas propias de la edad, tuve que aprender a lidiar con esto de ser unos centímetros más chica que el resto. La verdad es que no es la gran cosa unos son altos, otros bajos, unos tienen un par de kilos de más y a otros le faltan unas calorías en su dieta diaria; en conclusión -y ciertamente no es la gran noticia- somos todos distintos, y como seguro escucharon también más de una vez, eso es lo que nos hace único. El problema de tanta diferencia y gracia de ser único es que los jóvenes, adolescentes no son conocidos por su constante buena onda, y más de una vez me molestaron (hasta el día de hoy) por la altura.

Es en este escenario en el cual heroicamente aparecen los tacos. Un par de años antes ya había pensado que eran la solución a mi "problema", pero la verdad es que una niñita de 13 años con tacos sólo se ve ridícula. Así que una vez que cumplí los años suficientes como para no parecer totalmente fuera de contexto, empece con esta pequeña obsesión por los tacos, que derivo en un gusto por los zapatos en general.

Como todo esto es ciertamente un proceso emocional, muy ligado a una característica física que no puedo cambiar, después de unos años ocupando tacos, y quizás con el ánimo inconsciente de realmente aceptar esto de la altura, es que ocupé por harto tiempo sólo zapatillas y zapatos bajos, como diciendo: "soy chica y qué". Sin duda la personalidad es algo que se construye.

Así al final, cumplidos los 23 años de edad, puedo decir que lo que era un problema a los 15, hoy es simplemente un buena característica, de la cual aprendí mucho más de lo que esperaba, y como resultado de todo esto, hoy tengo una buenísima colección de zapatos bajones, tacones, botas y zapatillas (algún día prometo mostrarla entera), y una altura totalmente personalizada.

El el veneno que mata rápido viene en frasco chico, y el perfume caro también.

La moda esta en todo lo que hago.